Después de años de retraso, Europa planea recuperar su acceso directo al espacio este verano tras poner en marcha en la Guayana Francesa el montaje final de Ariane 6, el nuevo cohete pensado para lanzar satélites.
El Ariane 6 es el mayor lanzador producido hasta la fecha en el continente, que busca reafirmar su independencia en el espacio.
Jens Franzeck, director de Operaciones y director general de ArianeGroup, se muestra "muy emocionado porque esto es el fruto de, más o menos, diez años de trabajo", por lo que a su juicio se trata de un momento "histórico".
Ariane 6 debía reemplazar a su predecesor en 2020, pero el proyecto sufrió retrasos. Sin un lanzacohetes propio, el sector espacial europeo ha recurrido a empresas externas como SpaceX. Algunos han considerado la falta de acceso directo al espacio como una crisis europea.
Ariane 6 "cubrirá todas las necesidades"
Lucía Linares, jefa de Estrategia y Lanzamientos Institucionales de Agencia Espacial Europea ('ESA', por sus siglas en inglés), achaca los retrasos a la guerra de Ucrania, que "nadie esperaba", y resalta que Ariane 6 es importante para Europa porque "cubrirá todas las necesidades", desde las "institucionales de defensa, telecomunicaciones y satélites científicos hasta las necesidades comerciales de Europa y, por supuesto, más allá".
El nuevo cohete está propulsado por una mezcla de oxígeno líquido e hidrógeno. Ariane 6 se lanzará hasta 12 veces al año llevando satélites, con el objetivo de ser lo suficientemente competitivo como para enfrentarse a gigantes del mercado como SpaceX.
También hay esperanzas de que algún día transporte a astronautas europeos en misiones tripuladas desde territorio de la UE. Aunque según Frank Huiban, jefe de Programas Civiles de ArianeGroup, es una cuestión de "ambición política", y "corresponde a los Estados europeos decidir si quieren adquirir esta capacidad". Por su parte, dice, están "dispuestos a contribuir".