En la década de 1990, esta especie estuvo a punto de desaparecer: las medidas adoptadas por la UE en la década de 2000 iniciaron una inversión de la tendencia. Pero aún queda mucho por hacer en el Mediterráneo
Son las 2 de la mañana en Galicia, en la costa atlántica española. La tripulación del puerto pesquero de Celeiro trabajará toda la noche descargando cajas del buque que ha pasado una semana en el mar Céltico y ha regresado repleto de capturas. La forma alargada del pescado no deja lugar a dudas: es merluza, la piedra angular de la economía pesquera local.
"Si se nos cierra la pesquería de la merluza, ya podemos todos ir a buscar otra cosa que ya no hay de trabajo. Nosotros dependemos todos de la merluza", insiste José Luis Fernández Louzao, primer oficial del buque pesquero 'Eixil'.
Es difícil imaginarlo ahora, pero hace no mucho tiempo, esta crucial especie de pez estuvo a punto de desaparecer del Atlántico, para luego resurgir con más fuerza que nunca.
En las aguas del noroeste de Europa, la población de merluza se ha recuperado de forma impresionante en las dos últimas décadas. Pero, ¿a qué se debe esta notable recuperación? ¿Y por qué rara vez se repiten estos éxitos en otros lugares?
La importancia de la Merluza
La merluza descargada sale rápidamente a subasta. Los peces son grandes y no están dañados gracias a las artes de pesca selectivas. Minimizar los daños a la población de merluza se ha convertido en una prioridad mucho mayor ahora que en el pasado.
El científico marino Javier López dirige la campaña de pesca sostenible de 'Oceana', una organización de defensa de la conservación:
"En las décadas de los años 80 y 90, la merluza del Atlántico estuvo sujeta a una fuertesobreexplotación, lo que provocó una caída drástica de la abundancia. La merluza estuvo muy cerca de tener una situación crítica y de colapso", dice.
"Esto realmente no tiene solamente implicaciones en el medio ambiente, en el estado de la población, sino que también hay un factor humano detrás. Es decir, que muchos de los pescadores y las comunidades costeras que dependen de este recurso pues no hubieran tenido una viabilidad suficiente para seguir adelante con su actividad."
Si la merluza desapareciera, también sería una gran pérdida para los cocineros locales. Este pescado, pariente del bacalao y el eglefino, es un alimento básico en Galicia y uno de los favoritos en toda España. Sus filetes tiernos y escamosos combinan a la perfección con platos como verduras asadas o moluscos fritos. En cualquier marisquería de España encontrará merluza en el menú.
"Es muy polivalente, admite prácticamente casi todas las recetas que se pueda imaginar", opina Domingo Alló Puñal, chef del restaurante Boa vista.
¿Cómo se las arreglan los gallegos - y los habitantes de toda la costa noroccidental de Europa - para tener merluza y comérsela? La respuesta está en las oportunas medidas de conservación y en un poco de suerte.
El largo camino de la recuperación
Gran parte de la merluza europea habita en el Atlántico noreste. En la década de 1990, la sobrepesca redujo su número a niveles muy inferiores a los sostenibles. Los científicos que observaron este declive dieron la voz de alarma, advirtiendo de que la merluza del norte podría desaparecer.
En respuesta, la Unión Europea tomó medidas decisivas a principios de la década de los 2000. Establecieron límites estrictos de capturas basados en dictámenes científicos, aumentaron el tamaño de las mallas de las redes de pesca para que las merluzas jóvenes pudieran escapar y crearon dos grandes zonas protegidas para que crecieran los juveniles. Afortunadamente, las condiciones del mar eran favorables, lo que también desempeñó un papel importante.
Estos esfuerzos dieron sus frutos: la población de merluza del norte repuntó hasta niveles sin precedentes. Este repunte permitió aumentar gradualmente las cuotas de captura, de modo que la merluza pudiera seguir pescándose de forma sostenible.
Ahora hay esperanzas de repetir este éxito también con otras poblaciones. Según Javier López, la clave está en fijar objetivos concretos de recuperación a largo plazo y luego aplicar las medidas, convirtiendo los planes en acciones efectivas:
"El alcanzar esta recuperación y ahora mismo tener una abundancia de merluza norte en el Atlántico, como decimos, no es fruto de la casualidad. Es decir, ha habido unos marcos de gestión, unas medidas de control, unas condiciones oceanográficas, pero también parte del crédito tiene que ser añadido y dado al sector pesquero. Es decir, que ellos son los que han sufrido parte de estas medidas."
Celeiro y la merluza, "una historia de amor"
En la actualidad, los pescadores locales se enfrentan a muchos retos, desde los bajos precios del mercado hasta la dura competencia de las importaciones baratas. Pero están contentos con la salud de la población de merluza. Las restricciones del pasado parecen haber merecido la pena.
"Durante unos años la pesca bajó bastante. Si antes pescábamos 4000 kilos al día, ahora llegamos a pescar mil kilos al día. Ahora estamos en una población buena, estamos pescando muy bien", explica el director General del Puerto de Celeiro, José Novo Rodríguez.
“En Celeiro, el pueblo está orgulloso de ser un un pueblo marinero, de ser una comunidad de pescadores. Para nosotros lo de la merluza es una historia de amor en Celeiro", opina Manuel Bermúdez Díez, jefe de proyectos del Puerto de Celeiro.
Pero mientras que la merluza del Atlántico ya se pesca de forma sostenible, las poblaciones del Mediterráneo se encuentran en un estado mucho más precario.
Alcanzar la pesca sostenible
Un reciente informe de la Comisión Europea muestra que las poblaciones de merluza del Mediterráneo tendrían que multiplicarse por más de diez para alcanzar la sostenibilidad.
Beatriz Guijarro, que dirige las evaluaciones de las poblaciones de peces en esta región, describe la situación de la merluza como de "insostenibilidad sostenida". El terreno submarino parece ayudar a algunas merluzas a eludir a los arrastreros, lo que les permite sobrevivir.
"La merluza es una especie que está en estado de sobreexplotación, pero por los datos que tenemos no parece que haya riesgo de colapso. Es decir, hay una parte muy importante de la población de merluza, que son las hembras de gran tamaño, que no suelen ser accesibles a la explotación pesquera y esto hace que la propia población se pueda ir manteniendo y que se mantenga a lo largo de los años, a pesar de esta situación de sobreexplotación", dice Beatriz.
El Mediterráneo es diverso y complejo, por lo que la recuperación de la merluza es un reto a largo plazo. El cierre de zonas, el uso de artes más selectivos y la limitación de los días de pesca se aplicaron aquí 20 años más tarde que en el Atlántico, y aún es demasiado pronto para evaluar los resultados.
En el puerto de Alcúdia, nos reunimos con un arrastrero de fondo que regresa tras un día en el mar. La merluza constituye sólo una pequeña fracción de sus capturas mixtas. El capitán admite que el sector pesquero se resistió a las restricciones al principio, pero ahora las considera justificadas, aunque se vea limitado a pescar sólo cuatro días a la semana.
"Nosotros, la mayoría de los patrones no estamos en contra, estamos a favor porque esos son esos recursos. Al final es donde nosotros vivimos. Vivimos de los recursos del mar, los queremos proteger, los queremos conservar y queremos que sigan", declara Joan Jesús Vaquero Enseñat, capitán del pesquero 'Punta des Vent'.
Ahora, el número de merluzas del Mediterráneo aumenta lentamente. Javier López advierte de que la especie sigue siendo vulnerable y aún podría disminuir. Pero con las medidas adecuadas, hay muchas posibilidades de recuperación.
"La principal lección que debemos de aprender de esta situación es que no tenemos que esperar a que realmente la situación del stock sea crítica para tomar acción porque va a ser mucho más complicado y vamos a tener también otras repercusiones socioeconómicas".
"Si realmente implementamos las medidas necesarias, el mar es capaz de traer de vuelta los recursos. Es decir, siempre hay límites que no podemos pasar. Pero realmente el mar es muy agradecido. Si nosotros somos capaces de tomar las medidas correctas, tenemos por seguro que los peces volverán", dice Javier López.
El estado de nuestros océanos es alarmante en muchos sentidos, pero la resistencia de la merluza en el Mediterráneo y su notable recuperación en el Atlántico ofrecen esperanza. ¿Podríamos utilizar lo que hemos aprendido para recuperar más especies marinas?