El huevo rojo se deja junto al icono de la Virgen María y de Jesús, y así se sustituye al huevo viejo, el cual se abre; si su yema está entera, reinará la salud y la prosperidad en la casa.
Desde la madrugada del Sábado Santo se comienzan a amasar los panes de Pascua. Esta labor dura horas e implica mucho trabajo.
Nicole Georgieva lleva haciendo el pan de Pascua para su familia desde que tenía 7 años. Una receta que se transmite de abuela a nieta.
Para ella, el secreto es golpear la mezcla contra la mesa, unas 200 veces. Mientras se cuece la masa, se aprovecha para teñir los huevos. El primero de color rojo, el cual tiene una función muy importante.
"Con el primer huevo teñido de rojo se hace una cruz en la frente del más pequeño de la casa, por su salud", cuenta Nicole.
El primer huevo rojo se deja junto al icono de la Virgen María y de Jesús, y así se sustituye al huevo viejo, el cual se abre; si su yema está entera, reinará la salud y la prosperidad en la casa.
"Cuando crucifican a Cristo en la colina del Calvario, una gallina rodea la cruz y pone un huevo que se tiñe de sangre y se convierte en el símbolo de la Pascua", explica Iglika Mishkova, etnógrafa.
Además de pintados, los huevos se pintan con una técnica especial de cera. Antiguamente, cuando una familia iba de visita, regalaba un huevo escrito a los anfitriones.